El 21 de noviembre, los residentes de Venecia se reunieron para una procesión para ayudar a conmemorar a los perdidos durante la gran plaga de 1630. Durante este tiempo, 100.000 murieron en la ciudad, pero después de que los residentes enviaron sus oraciones a la Virgen María, la epidemia terminó. La gente marcha hacia la Basílica della Madonna della Salute con el fin de agradecer a la Virgen María por salvar vidas y pedirle que las mantenga sanas. Esta basílica barroca se completó en 1640 para agradecer a la Virgen por el milagroso fin de la epidemia
Un tradicional guiso de col se vende alrededor de la ciudad en este día, y las familias usualmente utilizan este día para recordar a sus seres queridos. Es una de las pocas ocasiones en las que las calles de Venecia están llenas de habitantes locales, no turistas, apresurándose a asistir a una misa solemne y socializando unos con otros.