El Festival de la Danza Cham en el Monasterio de Tsurphu se celebra anualmente el décimo día del cuarto mes del calendario tibetano. Atrae a decenas de miles de visitantes al majestuoso monasterio, que se encuentra a una altitud de 4,300 metros. Los bailarines encarnan seres divinos, tejiendo cuentos de iluminación y protección a través de sus movimientos y expresiones. Aunque el festival tiene un trasfondo religioso, también sirve como una reunión comunitaria, con la gente local acudiendo a adorar a Buda, recibir bendiciones en el monasterio y apreciar la actuación de los bailarines Cham.
La Esencia de la Danza Cham
La Danza Cham se organiza y se lleva a cabo en templos y monasterios del budismo tibetano. Surgiendo como una forma de meditación y ofrenda por monjes budistas, la danza es una importante forma tradicional y religiosa de arte y actuación. También conocida como la Danza de los Dioses, combina movimientos intrincados, trajes elaborados y música tradicional para transmitir historias y enseñanzas religiosas. La danza sirvió para difundir la filosofía y bendiciones budistas, especialmente en regiones donde la alfabetización era históricamente baja y la impresión era costosa.
Cuando un bailarín lleva una máscara y un disfraz, incluso antes de la actuación, tiene que identificarse con una parte completamente. Todo importa, movimientos corporales, gestos y expresiones faciales. Actuar como verdaderas deidades es una necesidad mientras estés disfrazado, no para burlar a los dioses. -
Santidad y Respeto
Los artículos utilizados para la danza son apreciados en los templos. Antes de usarlos, los bailarines Cham deben someterse a varios rituales religiosos. Cuando los bailarines usan las máscaras y trajes, incluso antes de la actuación, deben ser conscientes de sus movimientos corporales, gestos y expresiones faciales. Actuar como verdaderas deidades es necesario para no burlarse de los dioses.
Bailes Intrigantes
Entre las danzas más intrigantes se encuentra la Danza del Esqueleto, donde los monjes visten trajes de esqueletos y máscaras de calaveras, encarnando la perspectiva tibetana sobre la muerte como una parte natural del ciclo de la vida y la iluminación. Otro punto destacado es la Danza del Gurú, en honor a Padma Sambhava, el venerado maestro del siglo VIII al que se le atribuye la iniciación de la tradición de la Danza Cham. A través de una coreografía intrincada y trajes elaborados, los bailarines representan escenas de la vida de Padmasambhava, rindiendo homenaje a sus enseñanzas e iluminación. El festival también incluye la Danza de las Deidades, una oración solemne a Buda para superar obstáculos y confusiones, y la Danza Ritual, realizada dentro de un mandala para evocar bendiciones y transformar el espacio.
Además de observar los rituales y apreciar el patrimonio cultural, los visitantes también pueden explorar la zona circundante y emprender una caminata desde Tsurphu hasta Yampachen, donde el paisaje siempre cambiante a lo largo de la ruta promete un viaje impresionante.
