Tejados, pilares de madera, y otras formas que se elevan sobre el lago multicolor son los restos de la pintoresca aldea Geamana ahogada. Son aldeanos pacíficos que vivían allí relativamente felices hasta la realización de depósitos de cobre en las zonas cercanas en 1978.
Al deseo, o más bien la orden del dictador Nicolae Ceausescu, el valle de Geamana fue abandonado e inundado forzando grandes cantidades de residuos tóxicos en el lago. No obstante, 400 familias fueron evacuadas a los asentamientos vecinos, los más obstinados permanecieron en la aldea, a pesar de la falta de suministros. Los aldeanos devotos sólo se mudaron a las orillas del lago.
Los turistas vienen a ver esta bonita pero triste vista a partir de abril a los meses de verano.